Por calle Morandé, a un costado del Palacio de La Moneda, salió Renato González con las manos en la nuca, mientras era apuntado por militares que en ese momento llevaban a cabo el Golpe de Estado dado el martes 11 de septiembre de 1973. Pasadas las siete y media de aquella mañana, Salvador Allende ingresó a las dependencias del Palacio para establecer comunicación y aclarar lo que sucedía respecto de la sublevación militar que había iniciado durante aquella madrugada. Allende no llega solo, lo acompañaba el Dispositivo de Seguridad Presidencial, más conocido como Grupo de Amigos Personales (GAP), organización que nace antes de que Salvador Allende asuma el Gobierno, cuando quienes lo acompañaban en actos públicos notaron que era necesario tomar mayores resguardos para el entonces candidato.
El término GAP nació a partir de una entrevista a Salvador Allende en la que le consultaron quiénes eran estas personas que lo acompañaban en cada aparición, "es un grupo de amigos", dijo el ex presidente, a quien también le preguntaron por qué eran tan jóvenes, ya que las edades no excedían los 23 años. "Yo pongo el pensamiento y ellos ponen la acción", añadió.
Esta anécdota la cuenta Luis Renato González Córdoba en la última entrevista que concedió, desde la cama de un hospital, al canal de televisión Perlavisión de Cuba. También le llamaban "Eladio", o simplemente "Pelao", a este integrante del GAP que fue uno de los que acompañó a Salvador Allende en sus últimas horas de vida.
La decisión del GAP durante el Golpe de Estado fue unánime, resistirían la avanzada de los militares. Entre ellos y los francotiradores que se encontraban en el edificio del Ministerio de Obras Públicas en calle Morandé, provocaron varias bajas al ejército aquella jornada, pese a que los que defendían a Allende eran bastante disminuidos en cantidad y armas frente a los militares. La cifra de caídos de los golpistas nunca ha sido determinada con claridad por el Ejército, según cuenta un ex integrante del GAP que prefirió permanecer en el anonimato.
Los enfrentamientos se mantuvieron hasta que el presidente, que también combatió con su fusil AK-47 regalado por Fidel Castro, ordenó el alto al fuego. En ese momento, Renato junto a otras personas leales Allende, salieron de La Moneda.
Muchos de ellos fueron detenidos, torturados, asesinados o desaparecidos. Otros sobrevivieron, como fue el caso de Renato, quien resultó con huellas que marcarían el destino de su vida, como lo fueron los dos impactos de bala recibidos durante la resistencia, cuyos proyectiles nunca pudieron ser extirpados de su rodilla, la que hasta el final de sus días sufría inflamaciones.
Las heridas le salvaron la vida en 1973, ya que gracias a los médicos y enfermeras que lo trataron en el hospital, Renato pudo asilarse en la embajada de México, para posteriormente partir al exilio en dicho país, en el que tuvo un paso breve hasta recalar en Cuba, país que ya conocía bien.
El ingreso al GAP
En 1972, una parte de los integrantes del GAP se fue al norte del país, abandonando el dispositivo de seguridad, entre ellos se encontraba Marcelo Schilling. Esto provocó un debilitamiento en las fuerzas de seguridad de Salvador Allende en momentos complicados, ya que estaban cercanos a llegar a septiembre y los actos habituales durante fiestas patrias requerían un fundamental rol del GAP en la seguridad.
A raíz de esto, uno de los jefes de la organización, Domingo Blanco Tarrés, le preguntó a uno de los ex GAP que concedió la información para este reportaje, si es que podía reclutar gente nueva. La respuesta fue que al menos en Concepción, era difícil por la postura del Partido Socialista local, pero si este personaje tenía un pasado por el Regional Santiago Litoral del PS, que correspondía a la zona de San Antonio, Talagante, entre otras.
Aquí fue donde se reclutó a Renato, joven proveniente de una humilde familia de San Antonio, que en aquel entonces tenía 18 años, en una operación secreta a los ojos del jefe máximo del partido en la zona.
Desde San Antonio, Renato partió junto a los otros nuevos reclutados a la casa El Cañaveral en Santiago, propiedad de la secretaria personal de Salvador Allende, Miria Contreras Bell, la "Payita", como le decían sus cercanos. En ese lugar, Renato destacó por su voluntad, su altura y contextura física y además "era bueno pa’ los combos", según recordó la fuente anónima.
El exilio
Durante sus años en Cuba, "Eladio" no volvió a combatir, debido a su problema en la rodilla y por un incidente de un grupo de exiliados con el ejército cubano, en que sancionaron a algunos chilenos con la imposibilidad de participar en combates.
Durante su vida en Cuba desarrolló diversos trabajos, los que podía realizar debido a las inflamaciones de la rodilla. Nunca tomó la opción de estudiar, prefería cargar su experiencia militar y seguir la militancia en Cuba, país en el que vivía tranquilamente. Tuvo un hijo con una cubana, con el que no tuvo una relación muy cercana, pero que más tarde jugaría un rol clave.
En 1988, cuando los militares fueron derrotados en el plebiscito, Renato regresó a Chile. En ese momento, comenzó una dura realidad para el hombre que resistió en La Moneda.
La democracia
Siempre defendió las ideas de Salvador Allende, hasta sus últimas horas. Pese a esto, el regreso a Chile de Renato estuvo marcado por la ingratitud de su partido hacia él.
Renato buscó por muchos años alguna reparación, pero como no estaba catalogado como preso político, y el exilio no ha sido reparado en Chile, el escolta de Allende no tenía mayor beneficio que el programa Prais de salud. Otros GAP intentaron hablar con gente de la Concertación para que lo ayudara, pero nada se concretó.
Cuando Renato volvió a Chile, impulsado por el cariño a su país y a los suyos, se reintegró a sus raíces. Volvió a San Antonio, a vivir con sus padres, ya que la situación económica era difícil y en complemento se podía llegar a fin de mes.
Durante sus últimos años en Chile, se mantuvo activo políticamente, incluso, era muy cercano a uno de los actuales vicepresidente del Partido Socialista, el ex senador Camilo Escalona, con quienes forjaron una estrecha amistad en Cuba.
El problema de su pierna le complicó siempre, por eso siempre fueron muy difíciles sus posibilidades de trabajar. Más tarde se sumó una diabetes, la hipertensión y un accidente cardiovascular que marcó los últimos días de su vida.
En aquel período, un apoyo fundamental para Renato fue el de otro ex integrante del GAP, Jaime Hernández, quien lo ayudó en los momentos difíciles, cuando la "Payita" ya no se encontraba en vida, ayudando a los ex GAP a quienes quería como si fueran hijos.
Jaime Hernández, al ver que las condiciones de Renato eran indignas, dependiendo de sus padres que seguían siendo una familia humilde, sin posibilidad de financiar los tratamientos de Renato, decidió juntar dinero para comprar un pasaje en avión con destino a Cuba. Se contactó con el hijo de Renato en "la isla" para que lo recibiera. Jaime fue a dejar a Renato hasta el asiento del avión, ahí fue la última vez que se vieron estos "amigos personales". "Murió enfermo, pero alimentado. Lo único que hizo en sus últimos días fue comer", expresó la fuente, respecto de las mejores condiciones que tuvo en Cuba.
Renato falleció un 24 de junio de 2014 y sus restos descansan en la ciudad de Cienfuegos, Cuba, tal como era su deseo antes de morir.
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